El Tao del Amor y del Sexo

 

EL TAO AMOROSO

Para gobernar las cosas el mejor consejo es ser sobrio.

El ser sobrio equivale a ser previsor.

El preveer equivale a estar preparado y fortalecido.

El estar preparado y fortalecido es ser siempre afortunado.

El ser siempre afortunado es poseer una capacidad infinita.

Hace dos milenios, o tal vez mucho antes, los médicos chinos taoístas ya escribían libros veraces y explícitos acerca del amor y del sexo. No eran lascivos ni tampoco cohibidos porque consideraban que hacer el amor era algo necesario para la salud física y mental y para el bienestar tanto de hombres como de mujeres. Para compaginarlo con esta filosofía hicieron mucho hincapié en las habilidades sexuales. Todo debía llevar a conseguir una gran destreza en la realización del acto amoroso. La literatura y el arte proporcionaron técnicas sexuales ilustrativas. Un marido que podía gozar de frecuentes y prolongadas relaciones sexuales, era considerado superior a otro que tan solo fuera joven y bien parecido. Para los médicos taoístas, el coito se consideraba una parte del orden natural de las cosas. El sexo no debía sólo saborearse y disfrutarse, sino que también debía considerarse saludable y preservador de la vida. A fin de que la gente fuese hábil para hacer el amor, se propuso un gran número de métodos y se recurrió a las representaciones eróticas tanto para instruir como para estimular a hombres y mujeres. En su libro Arte erótico, Phyllis y Eberahard Kronhausen citan un poema escrito por Chang Heng, hacia el año 100 d. de J.C., que describe cómo una novia emplea una guía erótica para conseguir que su noche de bodas se convierta en algo memorable:

Permitidnos ahora cerrar la doble puerta con cerradura de oro y encender la lámpara para llenar nuestra estancia con su luz. Me despojo de mis ropas, me quito los afeites y polvos y despliego del rollo con grabados al lado de la almohada, el que me dio la Muchacha Pura, a la que tomé como profesora.

Así podemos practicar toda clase de abigarradas posturas, esas que un marido corriente raramente ha visto, como las que enseñó T´ion-lao al Emperador amarillo.

Ninguna dicha igualará a los deleites de esa primera noche, esos que nunca olvidaremos por ancianos que nos hagamos.



La longevidad constituye una obsesión de los chinos. Cuando los hombres y mujeres llegaban a viejos, eran tratados en China con un respeto y honor enormes. Si conseguían conservarse en buen estado de salud, la ancianidad constituía el mejor tiempo de sus vidas. Según los médicos del Tao, la gente que vivía muchos años estaba en armonía con las fuerzas vitales del Yin y de Yang, y mucho más cerca de la unidad esencial que todo lo perpetúa en el Cielo y en la Tierra. Además la longevidad no era simplemente una hazaña respecto del tiempo, sino un ejemplo fundamental de cómo debía vivirse la vida. El respeto que se concedía a los mayores no era más que un reconocimiento de este hecho.

El acto amoroso y la longevidad

En la antigua China, la corrección en la cópula estaba relacionada con la buena salud. Sin excepción, todos los antiguos textos destacan que el practicar el Tao del amor es el factor individual más importante para prolongar la existencia. En unos términos que nos parecerán poco científicos, los antiguos chinos llegaron a unas conclusiones que actualmente son muy modernas.

Emperador Huang Ti: "No creo que desee hacer más el amor. ¿Qué opinas respeto a ésto?"

Su Nu: "No, no debes hacerlo. El Cielo y la Tierra se abren y se cierran. El Yin y el Yang tienen sus actividades y sus cambios. Nosotros, los seres humanos, no debemos hacer nada contra la Naturaleza. Ahora, Su

Majestad desea abstenerse de hacer el amor y eso es algo contra la Naturaleza. Cuando el Yin  y el Yang no están en comunión, ya no pueden compersarse y armonizarse uno contra otro. Respiramos y, al hacerlo, intercambiamos el aíre viciado por aíre fresco. Si el martillo de jade no está en activo se atrofiará. De ahí la razón de que se le ejercite con regularidad. Si se hace el amor y se sabe cómo dominar y regularizar las emisiones propias, nos beneficiamos grandamente de ello. Esto es lo que llamamos el retorno del ching. El retorno del ching es benéfico para la salud del hombre."

Textos extraídos del libro "El Tao del Amor y del Sexo"
Grabados de la antigua China extraídos de la Web